“Ciudadano consciente, empresas sostenibles”. De esta retadora manera, pero necesaria aseveración, ha titulado Forética su último Informe 2015 sobre el estado de la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE), en el que se destaca que en España un 36,2% de la población -12 millones de consumidores- son receptivos a la RSE, una cifra que se incrementa por primera vez en nuestro país desde 2008.
Además, 6 de cada 10 consumidores afirman que ante dos productos de similares características comprarían siempre el más responsable aunque fuera más caro. Con esto queda patente que más de la mitad de los españoles estaríamos dispuestos a gastar más dinero en un producto frente a otro de similares características, por el simple hecho de haberse producido de manera responsable con el entorno, la sociedad y los trabajadores. Otra cosa es que lo hagamos.
De aquí también se podría deducir que la RSE no está tan alejada de la ciudadanía, aunque no se sepa exactamente qué es, y muchas veces se confunda con acción social. Pero lo que los ciudadanos sí entendemos es que una empresa es responsable cuando cumple con la legalidad, trata bien a sus empleados, cumple con sus proveedores, respeta el entorno y el medio ambiente y contribuye al desarrollo de la sociedad. Y se refrenda en el estudio al indicar que los ciudadanos destacan que el comportamiento responsable de las empresas debe ser totalmente prioritario (76%).
Asimismo, la mitad de los españoles consideran que siendo más responsables las empresas obtendrían mayores beneficios económicos. Y, por primera vez, los ciudadanos perciben una «buena empresa» aquella que en primer lugar cuida a sus empleados por encima de la calidad de sus productos y servicios.
Este sexto Informe Forética sobre el estado de la RSE recalca que los retos ambientales y sociales están más presentes que nunca en las empresas, tanto por las presiones de los inversores como de los ciudadanos. Y concluye que durante este periodo de crisis, desde 2012 hasta 2015, la RSE ha salido reforzada y ha superado su stress-test particular, porque las empresas han ido alineando su estrategia de RSE a su negocio y a la gestión de sus riegos.
Esta radiografía del estado de la RSE en España no sale tan mal reflejada como muchos creen. Ahora bien, si hay que poner un pero, sería que en vez de haber 12 millones de consumidores sensibles con el desarrollo sostenible, lo fuera toda la población. Queda camino