Vivir sin dejar rastro… no es una declaración de modestia, es una necesidad para que el planeta no sucumba bajo la huella de los casi 7.000 millones de seres humanos que respiramos, comemos y buscamos cubrir nuestras necesidades básicas.
¿Qué coste le supone a la Tierra mantener a tantas personas? Cada dos años, WWF (en colaboración con Global Footprint Network, Water Footprint Network y la Sociedad Zoológica de Londres) analiza la situación de la biodiversidad y de la huella ecológica- el impacto que las actividades del ser humano producen en el planeta – en un documento llamado “Informe Planeta Vivo”. Los datos son aplastantes.
A través del estudio de poblaciones de mamíferos, aves, anfibios y peces de todo el mundo sabemos que desde 1970 (año en que se empezó a hacer el seguimiento) las especies han disminuido un 52% a escala mundial. Es decir, la cantidad de animales con los que compartimos el planeta, se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años.
Su disminución está directamente relacionada con la huella ecológica, que ha aumentado hasta constatar que si todos consumiéramos de la misma manera, la humanidad necesitaría un planeta y medio para cubrir sus necesidades. En 2050, necesitaríamos 3 planetas. No hemos colapsado porque no en todos los países se consume de la misma manera: el ritmo de vida de los países occidentales se sustenta sobre lo que no consumen los países del sur.
Saldremos perdiendo, no nos lo podemos permitir. Lo bueno, es que hay soluciones y estamos a tiempo de ponerlas en marcha. Seguro que estos días en el Congreso saldrán muchas ideas que harán posible revertir la tendencia.
WWF tiene ya unas líneas claras de trabajo para conseguirlo. Hay que empezar por restaurar los ecosistemas dañados y ampliar las áreas protegidas. Son zonas donde aún se mantiene la riqueza natural y que sirve de refugio y una gran variedad de especies.
Tenemos que producir mejor: desde la reducción de los desperdicios hasta la gestión de los recursos de manera sostenible, pasando, por supuesto, por la producción de energía renovable.
Y como no todo depende de los demás, podemos empezar por nosotros mismos. ¿Somos consumidores inteligente? Desde cómo comes hasta tus opciones de compra influyen en el rastro que dejas en el planeta.
Estas son algunas de las soluciones que proponemos en WWF para volver a vivir dentro de los límites de un planeta. Por eso creemos que es importante hablar, compartir experiencias y no perder la ilusión por conseguirlo. Sabemos que no será fácil cambiar el rumbo y encontrar rutas alternativas, pero es posible.
Porque todos estamos conectados, descubre el trabajo de WWF. WWF trabaja desde hace más de 50 años para conseguir que el ser humano viva en armonía con la naturaleza. Para ello investiga sobre el terreno, tiene en cuenta los datos científicos y se sienta a hablar con todos los actores necesarios para conseguir dicho fin. El rigor, el entusiasmo y la fascinación por el planeta son sus señas de identidad. Más información en www.wwf.es