Cuando hablamos de movilidad sostenible el coche suele ser algo así como el enemigo a combatir. El coche es uno de los principales agentes contaminadores (ambientales y acústicos) de las ciudades a lo que se une el colapso del tráfico, que implica múltiples molestias para la habitabilidad y la movilidad de los municipios. Pero simplificarlo todo a “el coche es el culpable” sería reduccionista, además de imposible de combatir. Hoy por hoy no sería realista abogar por una desaparición total del uso del coche en las ciudades. Es por ello que es necesario incorporarlo a la estrategia de movilidad sostenible, buscando un uso más eficiente y ecológico del mismo.
Como es natural una de las primeras cosas de las que hablar cuando tratamos de la sostenibilidad en el mundo del motor es que, aunque tímidamente, se está apostando por coches híbridos, que combinan propulsión eléctrica y por combustión, y que tienen una cuota de mercado en nuestro país de alrededor del 2%. Del mismo modo, encontramos la apuesta por los coches eléctricos. Aunque de momento es una opción minoritaria, con un 0,2% de cuota de mercado en España, vemos que es un mercado en alza, en parte gracias por las ayudas concedidas por el Gobierno Español. Ambas opciones están configurando un panorama distinto en cuanto a los vehículos que circulan por nuestras ciudades y es de esperar que, mediante los incentivos gubernamentales correspondientes y el cambio de sensibilidad esperable por parte de la ciudadanía, aumenten su presencia en el parque móvil.
Pero no solo se trata de que los nuevos coches incorporen tecnología que los convierta en más sostenibles. Es evidente que es necesario promover un cambio de modelo que apueste por la reducción efectiva del número de vehículos que se encuentran en circulación. Así, el car sharing se está configurando como una opción muy atractiva dentro de una promoción de otro tipo de movilidad. El car sharing, un sistema de alquiler de coches por tramos cortos que ofrecen empresas como Avancar, Respiro, Bluemove; ofrece la posibilidad de poder acceder a un coche de manera inmediata, por unas horas o días (según la necesidad), contratando y pagando mediante una plataforma online o aplicación de móvil (previa suscripción). Del mismo modo, el fenómeno car pooling¸ la posibilidad de compartir el coche con desconocidos y así realizar viajes de alta ocupación se muestra también como una opción atractiva para reducir el número de coches en la carretera. El éxito de Bla Bla Car, la plataforma más visible de este fenómeno, indica que esta opción tiene futuro, y que apostar por ella puede ayudar a la disminución de vehículos en circulación.
Es evidente por tanto que el coche no puede ser obviado en nuestras estrategias en pos de una movilidad sostenible. Aunque el primer impulso podría ser abogar por la eliminación completa de los coches en las carreteras, no estaríamos optando por una opción ni realista ni viable. Buscar la manera en la que los coches sean más eficientes y ecológicos y facilitar la circulación de vehículos con alta ocupación se presenta como un camino posible que ayudará a la reducción de la contaminación provocada por los vehículos.
Fuente de la imagen: Department for Communities and Local Government