Escrito por Óscar Martín, CEO de ECOEMBES
Cuando tratamos de diagnosticar nuestras realidades y marcarnos objetivos para avanzar, inevitablemente tenemos que hacer un ejercicio de comparación con nuestro entorno cercano y de cómo éste condiciona nuestra mirada compartida. En Ecoembes gestionamos conjuntamente con nuestras administraciones la recogida selectiva y la recuperación de los envases ligeros (de plástico, latas y briks) y los envases de cartón y papel en España para su posterior reciclaje. Tras 17 años de actividad, nos hemos convertido en una organización reconocida y reconocible por todos los agentes sociales, desde los ciudadanos hasta las empresas y las administraciones públicas.
En nuestro caso, el entorno que nos define el campo de juego y nos determina objetivos es doble: el tejido empresarial (más de 12.000 empresas adheridas que suponen cerca del 90% de los envases domésticos que se ponen en el mercado español) y nuestra pertenencia a Europa, pues formar parte de la UE nos obliga a cumplir la hoja de ruta que se marca en materia de reciclaje para este tipo de residuos.
El primer elemento no es otro que un ejemplo del dinamismo y el compromiso ambiental del tejido empresarial español. Las empresas adheridas a nuestra entidad que ponen envases domésticos en el mercado están obligadas a ser responsables de la recuperación de dichos envases para su posterior reciclaje, actividad que coordina Ecoembes. Pero más allá de la obligación legal, las empresas y Ecoembes asumen esta tarea con una mayor amplitud de miras, porque la preservación del medio ambiente no puede acabar allí donde termina la ley, ha de llegar tan lejos como lleguen los impactos que provocamos en el entorno debido a nuestra actividad económica. El trabajo que realizamos en Ecoembes es posible tanto en cuanto dichas empresas españolas que son plenamente conscientes de su responsabilidad ambiental.
Que en España nos tomamos muy en serio la gestión de nuestros residuos lo demuestra el hecho de que ya reciclamos siete de cada diez envases domésticos que se ponen en el mercado, lo que significa 17 puntos por encima de los porcentajes que exige la Unión Europa. Nuestro país es, por este y otros motivos, uno de los Estados de la UE situados a la cabeza del cumplimiento de los objetivos comunitarios para transitar hacia una economía circular. Desde que en 1998 Ecoembes inició su actividad, hemos hecho posible el reciclaje de 14 millones de toneladas de envases domésticos. Con todos ellos, podríamos llenar nada menos que 1.050 campos de fútbol.
El compromiso de un país con el reciclaje dice mucho del desarrollo de éste como sociedad avanzada. En nuestro caso, contribuimos a ello generando un proceso de ecología colaborativa en el que están implicadas empresas, administraciones públicas y, por supuesto, los ciudadanos. Gracias a este esfuerzo común podemos decir que España ya es un referente en determinados procesos de crecimiento sostenible y respetuoso con el medio ambiente, entre ellos los sistemas de gestión del reciclaje de residuos de envases domésticos.
Este modelo de economía circular que promovemos desde Ecoembes nos aporta también multitud de beneficios en el terreno económico, con la creación de miles de empleos verdes (cerca de 42.600 puestos de trabajo), y social, sin olvidar los ambientales que se traducen en la reducción en el uso de nuevas materias primeras, en os consumos de energía y de agua, así como en la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. La gestión de los residuos de envases es, sin duda, un sector donde la innovación y la ecoeficiencia está dando grandes resultados reduciendo la huella ambiental de los envases, pero también es el ejemplo de cómo las empresas españolas asumen el reto de un futuro más coherente con los límites que nos marcan los ecosistemas globales. Desde 1998, el reciclaje de envases domésticos en nuestro país ha evitado la emisión de 13,8 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y el consumo de 15,8 millones de Mwh y de 375 millones de metros cúbicos de agua.
Estas son tan solo algunas de las cifras que respaldan nuestra labor y que confirman nuestro compromiso ambiental. No en vano, España es el país europeo con más biodiversidad, lo que quiere decir que tenemos la responsabilidad de velar por un capital natural que, en realidad, no nos pertenece, porque es de toda la humanidad.
Más allá de las cifras, en Ecoembes desarrollamos numerosos proyectos que nos conectan con las realidades sociales. Ejemplos de ello son, entre muchos, “La música del reciclaje” (trabajamos con jóvenes e riesgo de exclusión social a través de la música y la construcción de instrumentos a partir de residuos), el programa de formación en gestión de residuos para internos en centros penitenciarios, “Los profes cuentan” (un concurso para colegios donde presentan sus cuentos profesores y alumnos) o los “Premios R”, que premian a entidades y profesionales que han destacado por su labor en los campos de la divulgación ambiental, la investigación o el trabajo social, entre otros.
El segundo elemento que define la actividad de Ecoembes es nuestro entorno europeo. La UE lleva ya años marcando la hoja de ruta hacia la sociedad del reciclado donde desaparezca el vertedero y los residuos sean reutilizados en su totalidad. En el contexto del Séptimo Programa Marco de Medio Ambiente, que entró en vigor en enero de 2014 estableciendo las pautas de actuación medioambiental de la Unión Europea hasta 2020, la UE ya ha definido cómo quiere que sea la economía europea para 2050. Preservar el capital natural y la salud de las personas, y promover la economía circular y verde basada en la innovación y la eficiencia son algunos de los pilares claves de esta hoja de ruta. Sin duda, Ecoembes y sus empresas adheridas se alinean plenamente con estos objetivos y se sienten un partner necesario para transitar hacia este nuevo modelo económico y social.
Por todo ello, desde Ecoembes creemos y apoyamos iniciativas como Sustainable Brands, cuya próxima edición se celebrará este mismo mes de abril en Barcelona, porque las empresas innovadoras y comprometidas con la sociedad donde desarrollan su actividad serán la base del nuevo modelo económico que ya se está comenzando a construir en Europa.