La filosofía del compartir, prestar, alquilar e intercambiar productos y servicios cobra cada vez un mayor protagonismo y amenaza con terminar el modelo de consumo tradicional.
La economía colaborativa es una forma distinta de consumir que permite ahorrar dinero y ser más sostenibles. Las opciones son cada vez más numerosas y diversas y, aunque el concepto no es nuevo, el auge de las nuevas tecnologías ha permitido su desarrollo hasta extremos antes impensables.
Atrás quedaron los días en los que para alquilar una habitación o un coche era necesario contar con los servicios de una empresa. En el mundo móvil de hoy, un creciente número de apps de consumo colaborativo están permitiendo que las personas alquilen productos o servicios entre sí de diversas maneras. Además, gracias a estas aplicaciones, los usuarios tienen acceso a una amplia variedad de funcionalidades a través de su dispositivo móvil: chat instantáneo, geolocalización, cámara de fotos, consulta de perfiles sociales…
En la web www.consumocolaborativo.com podemos encontrar un sinfín de proyectos colaborativos de cualquier ámbito: compartir trayectos en coche (Blablacar, Amovens o Carpooling.es…); alojamiento temporal P2P (Airbnb, CouchSurfing, BedyCasa, 9flats…); intercambio de casas (Knok, MyTwinPlace, IntercambioCasas, IntercambioDeCasa…); logística P2P (BonCarry, Shipeer; Movesimo…) y otros muchos más.
Generación de empleo
La economía colaborativa también se está convirtiendo en un motor de generación de empleo. Existen plataformas, como Worxler, que facilitan la colaboración directa entre personas y aumentan las oportunidades de trabajo de profesionales independientes locales a los que pone en contacto con un sector clave durante las vacaciones: los turistas. Worxler relaciona a turistas con profesionales de la zona en la que se encuentran y permite a las personas localizar y contratar directamente servicios profesionales en un país en el que no dominan el idioma.
Otro ejemplo lo tenemos en Uber, una aplicación que pone en contacto a gente que necesita desplazarse de un sitio a otro con particulares que ofrecen este servicio por un importe inferior a la de un taxi oficial.
¡Que la fuerza colaborativa os acompañe!