– Hemos pasado del concepto de smart city al del «internet de las cosas». ¿Qué oportunidades presenta esta revolución para las empresas, la sociedad y el planeta?
– Actualmente estamos en la cuarta fase de la revolución de Internet (tras las fases iniciales de comunicación, comercio y medios de comunicación social) que llamamos el Internet de todas las cosas. En esta fase, los datos, las personas y los procesos se están uniendo, lo que nos permite repensar no sólo los procesos del negocio, sino especialmente industrias completas. A través de una combinación única de la computación en nube, la comunicación móvil omnipresente, análisis tallados a partir de datos recogidos del Big Data y del Social Media, ahora somos capaces de ver los principales retos de la sostenibilidad en nuestro tiempo, y redefinir la forma en que podemos hacerles frente.
– ¿Cómo pueden las empresas aprovechar esta revolución para aunar innovación disruptiva y sostenibilidad?
– Cisco ha estado a la vanguardia de la innovación sostenible. A través de una serie de programas estratégicos de interés mundial, nos dimos cuenta de que la solución de los retos de la sociedad de nuestro tiempo – desde la educación a la urbanización sostenible, desde la creación de puestos de trabajo a la aceleración de la innovación – es la base para el funcionamiento de un negocio sostenible y rentable. Un ejemplo de esto son las comunidades inteligentes y conectadas que ayudamos a crear en todo el mundo a través del uso de la tecnología digital.
– ¿Qué sistemas y procesos deben tener en cuenta o poner en marcha las empresas para repensar y rediseñar los productos y servicios existentes, con el fin de aprovechar esta oportunidad atendiendo al beneficio económico, social y ambiental?
– Desde una perspectiva de proceso, la innovación abierta y el prototipado rápido son los principios rectores. Los desafíos aparentemente insuperables de nuestro tiempo, sean económicos, sociales o ambientales, no se pueden resolver de manera aislada de cualquier organización. El pensamiento colaborativo, basado en la rápida creación de prototipos de soluciones tecnológicas que permiten nuevos modelos de negocios disruptivos, es el camino a seguir.
– ¿Hay ejemplos concretos de empresas u organizaciones que estén usando ya el internet de las cosas como palanca para innovación disruptiva y sostenible?
– Hoy en día existen numerosos ejemplos. Desde ciudades como Barcelona que redefinen la relación con sus ciudadanos mediante el desarrollo de capacidades de servicios remotos (“asesores remotos»), hasta los grandes minoristas transformando sus cadenas de suministro mediante la construcción de una visión integral en tiempo real de sus clientes en una tienda y prediciendo cómo será la demanda, conectándose directamente a sus proveedores.
– El concepto «Big data» suele generar cierta controversia, al entender que puede estar vulnerando la intimidad de las personas y a la vez, despersonaliza comportamientos para obtener patrones predictivos. ¿Cómo se manejan los datos en una empresa para que sean plenamente seguros?
– Desde un punto de vista tecnológico, los datos deben hacerse accesibles y seguros al mismo tiempo. Existen soluciones tecnológicas innovadoras y seguras que ya lo permiten. Las empresas tienden a anonimizar datos y aun así extraer eficazmente conocimientos relacionados. En mi opinión, el tema de la privacidad, sin embargo, tiene que ser direccionado a nivel político. Política y marcos reglamentarios (que se construyeron en el siglo pasado) se están adaptando a un entorno que evoluciona rápidamente hoy en día, permitiendo al mismo tiempo la innovación, la seguridad y la privacidad.
– ¿Qué ciudad del mundo se considera que es, hoy por hoy, la que mejor ha integrado el internet de las cosas a su gestión cotidiana? ¿Qué beneficios trae eso para la ciudadanía?
– Entre muchas candidatas, la ciudad de Songdo, en Corea, es un ejemplo de liderazgo. No sólo la gestión eficiente de la ciudad (tráfico, iluminación, detección del medio ambiente, etc.), sino también las interacciones eficaces de los ciudadanos están siendo activadas por un entorno hiperconectado, apoyado en la conectividad de banda ancha omnipresente. Barcelona es el equivalente europeo de Songdo, donde la integración digital entre diferentes infraestructuras urbanas (a partir de la iluminación) se convierte en un elemento clave de la estrategia de la sostenibilidad de la ciudad.
– Hemos leído que Cisco va a lanzar en Barcelona el próximo año el «Global IoE Innovation Center in Barcelona» ¿Por qué en Barcelona? ¿Cuál va a ser la misión y aportaciones de este centro?
– Barcelona es un enorme laboratorio viviente para el mundo. Una combinación de un gobierno muy progresista, innovadores centros de investigación, empresas dinámicas de nueva creación y la presencia de los agentes clave de la industria, transforman a Barcelona en una zona de juegos para la experimentación, única para el desarrollo del futuro de nuestras comunidades. Cisco quiere estar en la vanguardia de esta innovación y asociarse con el gobierno de la ciudad y muchos otros socios de este ecosistema.
– Hablamos casi siempre de aplicar estas tecnologías en países con elevado PIB y una calidad de vida de estándares occidentales. Pero el crecimiento económico está siendo mucho más fuerte en países en vías de desarrollo. ¿Qué puede hacer una compañía como Cisco para mejorar el nivel de eficiencia y sostenibilidad de esos países en crecimiento?
– Estamos enfocados en ambos, en el desarrollo del mundo y el mundo ya desarrollado. Ambos mundos pueden aprender unos de otros. En primer lugar debemos alejarnos de la suposición de que la innovación está sucediendo en el mundo desarrollado que luego puede ser transportado al mundo que está en el desarrollo. Innovamos en países como la India, China y Brasil, y llevamos los productos y servicios no sólo para el mundo en desarrollo, pero también al ya desarrollado.
– Sensores, internet de las cosas, tecnología móvil, ¿cuál es el siguiente paso, cuál es la tecnología que viene?
– Son muchas las tecnologías que vendrán. La ropa tecnológica es un ejemplo y la impresión 3D que permite la fabricación distribuida, es otro. Con los miles de millones de sensores desplegados que nos hacen más sensibles al contexto, que son energéticamente eficientes y con un CPU fuerte, seremos testigos de la aparición de nuevos modelos de negocio, alimentando una arquitectura de datos totalmente distribuida. En vez de llevar los datos a un almacén central, vamos a empezar a gestionar los datos y la tomar decisiones en el borde de la red, lo que permite la toma de decisiones eficaces, en tiempo real. Esta es, para mí, la próxima transición del gran consumo, donde la red se convertirá en nuestra nueva base de datos.
– ¿Existe alguna predicción sobre el perfil de profesionales y de empresas que harán falta en los próximos años en el desarrollo de estas tecnologías?
– La necesidad será adquirir, desarrollar y retener los mejores talentos que se centran en la intersección entre la ciencia de datos, el pensamiento de diseño y la gestión de la empresa.
– La historia no siempre va hacia adelante, en línea recta. A veces hay retrocesos. ¿Es posible un retroceso tecnológico después de décadas de avances?
– El progreso continuará siempre y cuando la gente asuma la comprensión y aplicación de los beneficios (individuales y sociales) que las revoluciones tecnológicas traen.
– ¿Por qué crees que son importantes encuentros como Sustainable Brands Barcelona?
– La tecnología, el diseño y el desarrollo de las marcas son una combinación única que realmente puede cambiar el mundo. Sustainable Brands Barcelona representa el punto de encuentro de los referentes más destacados del mundo en sostenibilidad.
– ¿Qué te gustaría que saliera de esta cita internacional, cuál desearías que fuese su resultado?
– Como resultado de los debates del encuentro me gustaría ver la implementación de una serie de proyectos de demostración “a gran escala” relevantes a nivel mundial. El tiempo para discutir y debatir cuáles son las causas principales y soluciones a los desafíos de nuestro tiempo se ha ido. El tiempo para la acción, a gran escala, es ahora.