Parece tarea imposible: pasar de una economía lineal (extraer, producir, usar, tirar) a otra circular (producir, usar, retornar) de una forma global. Los objetivos gigantescos pueden apartarnos de la posibilidad real de lograr, a través de medidas concretas, alcanzar un verdadero cambio que algunos ya están emprendiendo con éxito. Recordemos aquellos tiempos no tan lejanos en que era frecuente fumar en la oficina, en los bares, en el metro… ¿lo haríamos ahora? ¿Cómo se ha conseguido un cambio de mentalidad tan importante en relativamente tan poco tiempo?
Los gobiernos tienen que hacer su parte, evidentemente. Así fue con el tabaco, y así está siendo con la economía circular. Por ejemplo, en el Reino Unido, cuyo Comité de Auditoría Ambiental ha publicado un estudio titulado «El Crecimiento de la Economía Circular: Poner fin a la sociedad de usar y tirar». Con ese sugerente título, aboga por medidas concretas que favorezcan la expansión de un nuevo modelo económico más sostenible: bajar impuestos a empresas que reparan o reutilizan bienes, sistemas de separación de residuos eficaces y obligatorios, periodos de garantía más prolongados en los bienes de consumo, y la prohibición de los residuos de alimentos de los vertederos, así como un aumento de la financiación para las agencias que promueven la transición a una economía circular.
Este comité fue designado por la Cámara de los Comunes para revisar las políticas y programas del gobierno en términos de su contribución a la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible, según explica en este interesante artículo la ayudante editorial de Sustainable Brands Aarti Rayapura. «Tuvimos la economía de usar y tirar en el pasado, pero la sociedad desechable simplemente no es sostenible en el siglo XXI«, dijo Joan Walley, Miembro del Parlamento (MP) y Presidente del Comité de Auditoría Ambiental. «Menos de la mitad de todas las cosas que tiramos cada año se recicla para ser algo útil, a pesar de que siguen aumentando los precios de las materias primas en todo el mundo«, añadió.
El informe recomienda además algunas otras medidas:
- medidas fiscales y de responsabilidad del productor para compensar a las empresas que diseñen productos ecológicos.
- que fije diferentes tipos impositivos distintos según el impacto ambiental o el contenido reciclado de los productos
- exenciones fiscales para empresas que reparen bienes o estimulen la reutilización
- mejor alineación de las políticas de recuperación de los recursos y la generación de energía
- incluir el concepto de economía circular en la estrategia industrial del país.
También propone que el Banco de Inversión Verde del Reino Unido se vuelque con aquellas tecnologías innovadoras que apoyan la economía circular. Porque tienen un banco, creado por el Gobierno, y dedicado a acelerar la transición del Reino Unido a una economía más verde, más fuerte. Fascinante, ¿verdad?
«A menos que repensemos la forma en que manejamos nuestra economía y hagamos negocios de una manera diferente, los problemas ambientales como el cambio climático van a empeorar, y el coste de la vida y de hacer negocios en el Reino Unido podrían seguir subiendo«, dijo Walley.
El informe dice que una economía circular maximiza el uso sostenible y el valor de los recursos, la eliminación de residuos y beneficiando a la economía y el medio ambiente y ofrece una alternativa a la actual enfoque predominante en los que se utilizan los recursos para un propósito y luego son desechados. Señala que «la idea no es nueva, y se asocia con una serie de conceptos tales como el diseño Cradle to Cradle y la ecología industrial, que se inspiran en los ciclos biológicos. Una economía circular incluye una serie de procesos, o ‘ciclos’, en los que los recursos se utilizan en varias ocasiones y su valor se mantiene siempre que sea posible«.
La Comisión quiere que el Gobierno del Reino Unido para apoyar propuestas de la UE para aumentar las tasas de reciclaje del 70 por ciento en 2030. Las tasas de reciclado más altas de Europa están en Alemania (65 por ciento), Austria (62 por ciento) y Bélgica (57 por ciento).
También recomienda estudiar la prohibición de enviar residuos alimentarios a los vertederos, como ya está previsto hacer Massachussetts (EEUU), y se estudia en Irlanda o Escocia.
El informe critica además el enfoque actual del Gobierno del Reino Unido, que carece de un plan estratégico para lograr cambios sistémicos vinculados a la política industrial. Mientras algunas empresas están adaptando sus modelos de negocio y cada vez son más eficientes en la gestión de los recursos, el Gobierno no hace todo lo posible por garantizar las condiciones adecuadas para que muchos más se pueden sumar al cambio de un enfoque lineal de una circular.
El informe también insta al gobierno del Reino Unido para trabajar más estrechamente con la UE para establecer estándares de diseño ecológico a través de una gama de productos para que sean más fáciles de reparar, actualizar o reciclar.
[Foto: Stacie (girlingearstudio)]