Nos hemos preguntado muchas veces si el impacto real en la sostenibilidad es sólo posible a través de las grandes compañías, con capacidad para generar grandes cambios a nivel global, o lo cierto es que son las pequeñas y medianas empresas las que llevan más a término aquél principio del ecologismo que, recordemos, era «piensa globalmente, actúa localmente». Bien, la realidad es que, por un lado, todo está conectado, y por otro, que muchas pequeñas iniciativas son luego proveedoras de grandes multinacionales, y viceversa.
En relación con esto, hemos conocido recientemente este estudio (pdf) que muestra una relación importante entre la calidad y sostenibilidad de los destinos turísticos y el volumen de negocio de las compañías aéreas. El informe, impulsado por JetBlue Airways con The Ocean Foundation (TOF) y A.T. Kearney, una firma consultora líder mundial de gestión, muestra que la salud de las aerolíneas va pareja con la salud de los ecosistemas de los destinos en los que opera. Como se explica en esta información, aunque no beneficia a nadie tener mares contaminados y costas degradadas, estos problemas persisten en el Caribe pese a la fuerte dependencia del turismo que presenta esta región. Playas limpias que cumplan con los requisitos de agua clara y color turquesa son factores críticos en la elección de otros viajeros sobre el destino, y son codiciados por los hoteles para atraer tráfico. Sin estos tesoros naturales algunas, si no muchas, de las islas de la región podría sufrir económicamente, sobre todo aerolíneas, cruceros y hoteles. Es el tipo de estudios que en España se manejan contra las prospecciones petrolíferas, hasta el momento con más bien poco éxito.
Grandes compañías como JetBlue tienen capacidad para hacer estudios como este que, en el fondo, sólo viene a apoyar lo evidente: que su negocio se tendría que mudar si los destinos del Caribe siguen degradándose. Pero ¿qué ocurre con las pequeñas empresas de la zona? Están mucho más comprometidas, su juego en este asunto es «todo o nada».
La cuestión es que muchas veces cuesta ver el verdadero impacto ambiental de las pequeñas iniciativas empresariales, de los esfuerzos en mantener vivos los ecosistemas que les dan de comer, lo que por un lado desanima y desmotiva a sus promotores, preocupados muchas veces en mantener la empresa a flote, y por otro, hace difícil mejorar las cosas para obtener resultados más afinados. Como podemos leer en este artículo de Ellen Brilhuis-Meijer, «las pequeñas empresas y nuevas empresas generalmente no tienen los fondos para invertir en las métricas de sostenibilidad, y es una pena, ya que especialmente las nuevas empresas tienen un gran potencial para cambiar el status quo». En su opinión, una «visión anticipada de los impactos ambientales de sus productos puede marcar la gran diferencia. Por lo tanto, hemos comenzado a ofrecer evaluaciones de sostenibilidad gratuitas a nuevas empresas sostenibles seleccionadas». Desde la consultora PRè, siempre se ha trabajado para un futuro sostenible a través de los impactos ambientales y sociales de los productos, como un paso crucial hacia ese futuro, con un enfoque de colaboración con socios en todo el mundo. Así que decidieron que tenía sentido utilizar su experiencia para ayudar en las métricas de la siguiente generación de empresas impulsadas por una misión.
Por ejemplo, ahora están haciendo una evaluación del ciclo de vida de un producto típico supermercado antes y después de la implementación de la FoodLoop, la aplicación que tiene como objetivo reducir la comida que se tira en los supermercados pese a estar en buen estado, informando al instante a los consumidores si un producto en particular se abarata porque su fecha de caducidad está próxima. El objetivo del estudio es determinar la diferencia en el ciclo de vida de ese alimento, con y sin la aplicación.
También están trabajando con Oath UK, una marca ética de monopatines fabricados con bambú, en lugar de utilizar madera de arce. PRè está haciendo una evaluación del ciclo de vida con diferentes escenarios para ver si diferentes tipos de ruedas y otros componentes pueden dar beneficios adicionales.
Todos estos casos, en sectores tan diferentes y en empresas de dimensiones tan distintas, buscan lo mismo y tienen objetivos ambientalistas plenamente alineados con sus objetivos empresariales. No parece que estén haciendo nada imposible, ¿verdad?