La razón y su ejército de hechos y datos nos ha hablado. Aquí estamos como especie, solas frente a algo que ya no podemos llamar incertidumbre. Es tiempo de determinación y pasión: coraje
Desde Quiero, con la colaboración de la artista María Luisa Pérez Pereda, nos hemos permitido dar nuestra visión de los ODS. Una mirada a todas las vidas que hay detrás de cada uno de sus objetivos. Emociones cruzadas de los que trabajan por alcanzarlos y los que sufren sus carencias. Todas, todos.
Una danza de formas y colores que los mezcla para ser uno. Todos. Porque sí, hay 17 objetos. Porque sólo hay un camino.
Una invitación a que cada una de nosotras haga suyas estos objetivos y sus metas. Sólo desde ahí, cargados de determinación, sentiremos el placer del trabajo bien hecho.
Cuánta razón tenías cuando me mostraste tu corazón.
José Illana, fundador de Quiero.
Poner fin a la pobreza en todas sus formas, en todo el mundo.
La pobreza es un problema de derechos humanos. Entre las distintas manifestaciones figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud, la discriminación y la exclusión social.
Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
Necesitamos una profunda reforma del sistema agrario y alimentario mundial si queremos nutrir a los 815 millones de hambrientos que existen actualmente en el planeta y a los dos mil millones de personas adicionales que vivirán en el año 2050.
Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Si nos centramos en proporcionar una financiación más eficiente de los sistemas de salud, mejorar el saneamiento y la higiene, aumentar el acceso a los servicios médicos y proveer más consejos sobre cómo reducir la contaminación ambiental, lograremos progresos significativos en ayudar a salvar las vidas de millones de personas.
Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
Para que se brinde educación de calidad a los niños de familias empobrecidas, se necesita invertir en becas educativas, talleres de formación para docentes, construcción de escuelas y una mejora del acceso al agua y electricidad en las escuelas.
Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Estableciendo nuevos marcos legales sobre la igualdad de las mujeres en el lugar de trabajo y la erradicación de las prácticas nocivas sobre las mujeres es crucial para acabar con la discriminación basada en el género que prevalece en muchos países del mundo.
Agua limpia y saneamiento.
Para mejorar el acceso a agua apta para el consumo y al saneamiento, se necesita invertir en la gestión racional de los ecosistemas de agua dulce entre las comunidades locales en varios países en desarrollo del África Subsahariana, Asia Central, Asia Meridional, Asia Oriental y Asia Sudoriental.
Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
Se debe aumentar el uso de energía renovable en sectores como el de la calefacción y el transporte. Asimismo, son necesarias las inversiones públicas y privadas en energía; así como mayores niveles de financiación y políticas con compromisos más audaces, además de la buena disposición de los países para adoptar nuevas tecnologías en una escala mucho más amplia.
Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. También tendrá que haber oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de trabajo decentes.
El progreso tecnológico debe estar en la base de los esfuerzos para alcanzar los objetivos medioambientales. Sin tecnología e innovación, la industrialización no ocurrirá, y sin industrialización, no habrá desarrollo.
Reducir la desigualdad en y entre los países.
Con el fin de reducir la desigualdad, es necesario que haya un aumento en el trato libre de aranceles y que se continúen favoreciendo las exportaciones de los países en desarrollo, además de aumentar la participación del voto de los países en desarrollo dentro del FMI.
Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
El futuro que queremos incluye ciudades de oportunidades, con acceso a servicios básicos, energía, vivienda, transporte y más facilidades para todos.
Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Crear ganancias netas de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los participantes de la cadena de suministro. Y sensibilizar a los consumidores mediante la educación sobre los modos de vida sostenibles, facilitándoles información adecuada a través del etiquetaje y las normas de uso, entre otros.
Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
El cambio climático es un reto global que no respeta las fronteras nacionales. Es un problema que requiere que la comunidad internacional trabaje de forma coordinada y precisa para que los países en desarrollo avancen hacia una economía baja en carbono.
Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Las áreas marinas protegidas deben ser administradas de manera efectiva, contar con recursos suficientes y regulaciones que ayuden a reducir la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.
Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.
El 30.7% de la superficie terrestre está cubierta por bosques . Actualmente, 13 millones de hectáreas de bosque desaparecen cada año y la degradación persistente de las zonas áridas está provocando además la desertificación de 3600 millones de hectáreas. La deforestación y la desertificación, provocadas por las actividades humanas y el cambio climático, suponen grandes retos para el desarrollo sostenible.
Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas.
Para construir sociedades más pacíficas e inclusivas, es necesario que se establezcan reglamentaciones más eficientes y transparentes, y presupuestos gubernamentales integrales y realistas. Uno de los primeros pasos a la protección de los derechos individuales es la implementación del registro mundial de nacimientos y la creación de instituciones nacionales de derechos humanos más independientes en todo el mundo.
Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.
Se necesita una acción urgente para movilizar, redirigir y desbloquear el poder transformador de billones de dólares de los recursos privados para cumplir con los objetivos del desarrollo sostenible (…) Los mecanismos nacionales de control como las entidades fiscalizadoras superiores y las funciones de supervisión de parte de los órganos legislativos deben también reforzarse.